Ubicación

Situado en el número 33 de la Calle Cabeza, en pleno centro de Madrid, es una de las salas de fiesta míticas del barrio de Lavapiés. El barrio de moda en la Capital para muchos menos para los que viven en Malasaña. El Club 33 que ha sí es como se llama la sala a formado parte de nosotros desde que empezó con el nombre de Medea (destinado al público femenino) hace unos diez años, cuando nosotros ibamos con nuestras amigas bolleras y siempre ligábamos por que éramos cuatro tíos y la liábamos en los baños. Lo que nunca nos hubiésemos imaginado es que ahora fuese a la inversa, que fuese un local casi en su totalidad de ambiente gay y que no se pudiese ni transitar por unos servicios tan concurridos. Teníamos a nuestro alcance un espacio único que no podíamos desaprovechar, un antro con personalidad que recuerda a los afters de Berlín, un estilo tan cuidado como decadente, con una situación envidiable a escasos metros de la parada de metro de Antón Martín, en un barrio, Lavapiés, que es como  un pequeño pueblo en el que todos se conocen o se  acaban conociendo. Por eso el boca a boca, las casualidades como el hacer las primeras fotos promocionales con tios totalmente deshinibidos, con muy poca vergüenza y sólo con gayumbos blancos de los clásicos de toda la vida (que ahora ya se ha convertido en nuestra seña de identidad), en un local para nosotros desconocidos del que no parábamos de oir a hablar por que tenía un cuadrilátero donde se follaba y nos encantaba la idea, lo que no sabíamos era que  una simple escalera de bajada que salía en el cartel de inauguración fuese para muchos tan reconocible que jugase a nuestro favor, haciendo que muchos vinieran a ver que era eso, curiosidad y morbo, o como muchos nos preguntaban si era un sitio de guarreo y nosotros a día de hoy seguimos contestando lo mismo: “ que todos somos unos guarros”.